Entrevista a Juan Antonio Sarría Prieto

Analista Financiero

¿Qué aprendiste en el cole que te ha servido en tu trabajo?

Sobre todo, el nivel de inglés que tenemos, y el salir con un tercer idioma. Cuando yo estudiaba, recuerdo que nadie daba mucha importancia al francés, pero, en el momento que viajas a Francia, te das cuenta de que realmente lo sabes hablar y entender, incluso aunque lo tengas un poco olvidado. Y además, tenemos una muy buena base de inglés, que a la hora de salir al mercado laboral es un punto a favor. Ser capaz de hablar inglés en tu empresa es al final lo que te hace progresar.

¿Qué fue para ti el colegio?

Fue una época muy memorable. Guardo buenos recuerdos de todos los profesores: José Luis me hizo apreciar la poesía, Jesús Martínez transformaba la historia en un cuento para que fuera más fácil de estudiar, Jorge contaba mucho conmigo, …

¿Qué te condujo a ser analista financiero?

“Soy una persona muy creativa y siempre me ha gustado el mundo audiovisual: la fotografía, la edición de imágenes, los montajes de vídeo… Me llamaba mucho la atención estudiar Comunicación Audiovisual, aunque me gustaba más como hobbie. A veces lo uso como herramienta en mi empleo actual, pero realmente no me veía trabajando de eso; valoraba más tener algo estable. Estuve un poco perdido, y en Bachillerato lo que más me gustó fue Economía, así que decidí darle una oportunidad. Tiene muchas salidas. Ser analista financiero es, a rasgos generales, analizar e interpretar una serie datos y fijar unos objetivos para la empresa a partir de ellos. Considero que es una vía para dar salida a mi parte creativa.

¿Qué crees que es lo más importante a la hora de elegir una carrera?

“Hay que encontrar un equilibrio entre lo que verdaderamente te gusta y lo que te haga cobrar. Yo he tenido la suerte de que esas dos cosas las he encontrado en la economía.

¿Qué es lo que más y menos te gusta de tu trabajo?

Me gusta que ejerzo esta profesión por vocación, y que me permite poner en práctica todos los conocimientos que he aprendido. Algo que no me gusta es que después de tres años estoy en una posición en la que ya no aprendo tanto como me gustaría. Ahora soy yo quien enseña a otros.

¿Cómo es la universidad?

El primer año es duro. Entras con la idea de la materia que quieres estudiar y te das cuenta de que realmente se diversifica todo más, y en vez de estudiar Economía acabas teniendo clase de Derecho, Sociología, Estadística… Además, la carrera es un mero trámite: se aprenden muchas cosas, pero donde uno se desarrolla es en la práctica, en la que puedes aplicar las nociones que te han enseñado. Una carrera es una herramienta que usas para en unos años estar en un puesto, que es el que de verdad tiene que gustarte.

¿Cuál es la diferencia que más percibiste con respecto al colegio?

El principal aspecto que yo noté, al ir a una universidad pública, fue que tienes mucha más libertad. Los profesores simplemente van allí y hacen su trabajo, mientras que en el Norfolk se preocupan por ti. Si un alumno de 7 saca un 2, el profesor va a hablar con él. En cambio, en la universidad, cada uno va por libre. Tienes que planificarte: nadie va a estar encima de ti preguntándote si llevas bien el examen.

¿Qué idioma crees que tiene más futuro?

Diría que el inglés, pero, más que el futuro, es el presente. Hoy en día, las empresas dan mucho prestigio al alemán, a pesar de que todos los alemanes hablan inglés perfectamente… Si tuviera que elegir, supongo que escogería el chino: si un séptimo de la población es china, es lógico que cada vez su idioma va a hablarse más.”

¿Cuál crees que es el aspecto fundamental de Bachillerato?

Al final, es todo organización. Hay que ir a por todas en primero, para tener algo a lo que aferrarse en segundo si las cosas no van bien. El nivel de exigencia es muy alto en el último curso, pero con esfuerzo y tiempo se puede sacar.

Entrevista realizada por Sonia Olave,
estudiante de 4º de la ESO.